sábado, 6 de febrero de 2010

Lo que tu actitud puede hacer por ti y lo que No puede hacer.


De vez en cuando hay gente como Mozart o Lance Armstrong, aquellos cuyos dotes son tan extraoidinarios que pueden lograr cosas que el resto de nosotros tan solo podemos soñar. La mayoria de la gente esta en la cúspide de sus profesiones es bastante igual en cuanto a talento. Los ganadores de medallas de oro y plata generalmente están separados por centésimas de segundos. La ventaja del ganador consiste en la actitud, no la aptitud.

Durante años he tratado de vivir según la siguiente declaración: No siempre puedo escoger lo que me sucede, pero siempre puedo escoger lo que sucede dentro de mí. Algunas cosas en la vida están fuera de mi control. Algunas están dentro. Mi actitud en las áreas que están fuera de mi control puede marcar la diferencia. Mi actitud en las áreas que sí puedo controlar marcará la diferencia. En otras palabras, la diferencia más grande que puede lograr mi diferenciador se encuentra dentro de mí, no de otros. Esa es la razón por la cual tu actitud es tu posesión más valiosa o tu desventaja más grande: Te forma o te destruye, te levanta o te derriba.

Una actitud mental positiva no va a dejarte hacer todo, pero puede ayudarte a hacer cualquier cosa mejor que si tu actitud fuera negativa.

Las personas más felices en la vida no son necesariamente las que tienen lo mejor de todo; son las que simplemente tratan de sacar el mejor provecho de todo. Son como la persona de la aldea remota que va al pozo todos los días para sacar agua, y que dice: “Cada vez que vengo a este pozo, salgo con mi balde lleno”, en lugar de decir: “No puedo creer que tenga que seguir viniendo a este pozo para llenar mi balde”.

En la vida, los obstáculos, los desafíos, los problemas y los fracasos son inevitables. ¿Cómo vas a manejarlos? ¿Te vas a rendir? ¿Permitirás que las circunstancias te vuelvan una persona miserable? “O” ¿Vas a tratar de sacar ventaja de las cosas? El camino que escojas depende de tu actitud.

Una vez escuché a un conferencista decir que ninguna sociedad jamás ha levantado hombres y mujeres fuertes durante los tiempos de paz. El viejo adagio es cierto: Lo que no te meta te hace más fuerte. Recuerda los momentos en tu vida en que más maduraste. Estoy dispuesto a apostar que tú maduraste como resultado de vencer dificultades. Cuanto mejor sea tu actitud, mayor probabilidad tendrás de vencer dificultades, crecer y avanzar.

Demóstenes, llamado el más grande orador de la Grecia antigua, tenía un defecto del habla. Dice la leyenda que venció esta dificultad recitando versos con piedrecillas en su boca y hablando por encima del rugir de las olas del mar.

El compositor Ludwin van Beethoven escribió sus obras maestras sinfónicas más grandes después que se volvió sordo.


Nadie debería perder su trabajo, un ascenso, o destruir un matrimonio debido a una mala actitud. ¿Por qué? Porque la actitud de una persona no es algo fijo, es una elección. Pero la elección que hagas, siempre marcará la diferencia.

Nunca olvido estas palabras que vienen de una conversación con una amiga… “Mi madre había estudiado sólo hasta el segundo año de secundaria, y mi padre hasta el tercer año de primaria, pero ambos eran muy cultos. Nos inculcaron que la situación que uno vive no tiene que vivir en uno”. Nuestras actitudes no vienen de nuestras circunstancias o de nuestra historia personal.


Lo que tu actitud NO puede hacer por ti

La actitud es importantísima, pero debe ir acompañado de algo más”.Muchos estudios recientes hablan de un fenómeno mundial, “Alumnos destacados en el plano académico, con un excelente rendimiento, que con apenas tropiezos leves, reveses y comentarios duros en su vida real y/o profesional reaccionan mal, se hunden en la orilla”. Esta situación va mucho más allá de la autoestima, de la motivación y de la actitud.
No se puede desconectar la actitud de la realidad y esperar tener éxito. Yo conozco a mucha gente que tiene una excelente actitud y sin embargo no es exitosa. Cuando hay igualdad de condiciones, la actitud puede ser lo que marque la diferencia, pero por sí sola no lo hara.

Por ejemplo, digamos que dos personas solicitan el mismo puesto. Uno tiene grandes habilidades y talento natural, y una actitud más o menos buena. El otro tiene una excelente actitud y ninguna experiencia en lo absoluto. ¿Quién se gana el puesto?

Probablemente sea el que tiene más habilidades y experiencia. ¿Por qué? Porque una excelente actitud no compensará la diferencia. Sin embargo, ¿Qué ocurre si los dos candidatos son bastantes similares en habilidad y experiencia? En ese caso, el que tiene la mejor actitud gana sin lugar a dudas.

Primero… Tu actitud no puede sustituir la aptitud

Algunas personas parecen confundir confianza, la cual es una función de la actitud, con aptitud, la cual es una función de la habilidad. O creen que una puede ser sustituida por la otra, pero ambas son muy distintas. Si crees que puedes hacer algo, eso es confianza. Si lo puedes hacer, eso es aptitud. Ambas son necesarias para tener éxito. Una excelente actitud puede ayudarte personalmente. Puede convertirte en una persona con la cual otros se sienten más contentos, más a gusto; puede aumentar tu deseo de enfrentar problemas difíciles, pero no puede ayudarte posicionalmente. Si no tienes aptitud a tu favor, vas a estar en problemas.

Segundo…Tu actitud no puede sustituir a la experiencia

Un zorro, un lobo y un oso fueron de cacería, y cada uno cazó un venado. Luego hubo una discusión sobre cómo deberían de dividirse el botín.

El oso le preguntó al lobo cómo creía que debería de hacerse. El lobo contestó: “Eso es muy sencillo, a cada uno le debe tocar un venado”. Tan pronto como el lobo terminó de hablar, el oso se lo comió.

Luego el oso le preguntó al zorro cómo se proponía dividir el botín. El zorro le ofreció su venado al oso y le sugirió que también se quedara con el del lobo.

“¿De dónde sacaste tanta sabiduría?” preguntó el oso.

“Del lobo”, contestó el zorro.

Hay momentos en que no hay mejor sustituto que la experiencia. El problema con la experiencia, sin embargo, es que rara vez la obtienes sino hasta después que la necesitas. La experiencia es a menudo un maestro muy duro porque se da la prueba primero y las lecciones vienen después.

Tercero… Tu actitud no puede cambiar los hechos

Uno de los descubrimientos interesantes que han hecho los investigadores en cuanto a la actitud es que tiene un impacto en la salud de las personas. Un estudio realizado por la Universidad de Texas encontró que la gente anciana que tenía una actitud positiva era más robusta físicamente que los que eran pesimistas. Eso realmente es una buena noticia. Pero aquí está la mala noticia: No importa qué tan buena sea tu actitud, no detendrá el proceso de envejecimiento. Así son simplemente las cosas.

Hay ciertas cosas en la vida que sencillamente son los hechos, y tu actitud no las va a cambiar. Si eres un adulto, tu estatura es la que es. Maya Angelou dice al respecto: “Si no te gusta algo, cámbialo. Si no lo puedes cambiar, cambia tu actitud. No te quejes”.

Cuarto… Tu actitud no puede sustituir el crecimiento personal

Hablan de un caso de una mujer que compró un loro en una tienda local de mascotas porque estaba sintiéndose sola. Se llevó al loro a casa, pero después de un par de días, regresó a la tienda para presentar una queja. “¡Ese loro hasta ahora no ha dicho una sola palabra!”.

“¿Tiene un espejo?”, preguntó el dueño de la tienda de mascotas. “A los loros les gusta mirarse al espejo?”. Así que la dama compró un espejo y regresó a casa. Al día siguiente, regresó a la tienda porque el loro aún no había dicho nada.

“¿Qué tal una escalera?”, preguntó el dueño de la tienda. “A los loros les encanta subir y bajar las escaleras”. Así que compró una escalera y regresó a casa.

Al día siguiente regresó a la tienda. El loro aún no había dicho nada. “¿Tiene el loro un columpio”, preguntó el dueño. “A los loros les encanta relajarse en el columpio”. Compró un columpio y regresó a casa.

Al día siguiente regresó a la tienda para decirle al dueño de la tienda de mascotas que el loro se había muerto. “Lamento muchísimo oír eso”, dijo el dueño de la tienda. “¿Dijo el loro algo antes de morir?”

“Sí”, contestó la dama. Dijo, ¿No venden comida en la tienda?”.

El músico Bruce Springsteen dice: “Llega un momento en la vida en que necesitas dejar de esperar por el hombre en quien te quieres convertir y comenzar a ser el hombre que quieres ser”. Si posees una buena actitud, si has desarrollado aptitud, y has ganado experiencia, ¿qué te impide avanzar? El crecimiento. Nada puede reemplazar el continuo aprendizaje.

Creer que la actitud lo es todo es realmente una idea que incluye o excluye todo; eso es un problema. Si haces que tu actitud lo sea todo, entonces es muy probable que termines con nada. No puedes esperar que la actitud lo solucione todo. La actitud es lo que es: lo que marca la diferencia.

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